¿Cuántos de nosotros no hemos maldecido a nuestros padres por no haber nacido en otro país o porque no nos hayan hablado en más de un idioma durante nuestra infancia?
¿O a cuántos nos encantaría que el mito de la Torre de Babel fuera cierto, pero que nunca se hubieran inventando el resto de las lenguas?
Tanto si te apasionan los idiomas —que espero que así sea y hayas contestado no a la segunda pregunta— como si no, seguro que te habrías ahorrado algún problema en el trabajo o en cualquiera de tus viajes al extranjero. Y si no, recordemos a Eduardo y el estrés que le generaban las clases de inglés… Sin embargo, él mismo nos demostraba que aprender idiomas es posible a cualquier edad, tal y como lo confirma David Bueno, doctor en Biología, neurocientífico e investigador de genética de la Universidad de Barcelona. ¿El truco? Cambiar de estrategia en función de la etapa de desarrollo de nuestro cerebro. ¿Quieres saber más? ¡Pues sigue leyendo! ?
? Créetelo: ¡Cualquier edad es buena!
¿Qué problema tenemos entonces ante la decisión de aprender un nuevo idioma?
Que no utilizamos la estrategia correcta. ¡No solo le pasaba a Eduardo!
Así es. Entre los 0 y los 3-4 años, las personas tenemos la capacidad de aprender varios idiomas y, además, de manera simultánea y sin mezclarlos. ¿La estrategia? La imitación. Los últimos estudios de neuropedagogía indican incluso que un feto puede estar aprendiendo el ritmo de su lengua materna durante el último mes y medio de gestación. Muy a nuestro pesar, a partir de esa edad, casi todos perdemos la posibilidad de construir conocimientos simplemente por contagio, por lo que, a partir de los 4 años, las nuevas conexiones neuronales que permiten conservar el conocimiento tienen que realizarse en un ambiente lúdico, es decir, a través del juego. De hecho, solo a partir de los 11-12 años es cuando podemos empezar a aprender hincando los codos, que es cuando podemos generar redes neuronales más complejas.
? La clave: las emociones
No obstante, en todas las etapas se repite un patrón: las emociones como la alegría facilitan cualquier aprendizaje. Por lo que la música, el cine, o el baile, siempre serán grandes herramientas para aprender más fácilmente cualquier idioma.
¿Alguna vez has imaginado una clase de alemán como una pista de baile en la oficina? ¿O incluso a través de miniconciertos?
¡Quién sabe! Quizás sea el esfuerzo que haya que hacer para llegar a la jubilación mucho más protegidos…
? Y no lo olvides
Cualquier edad es buena para aprender un nuevo idioma, solo hay que buscar la estrategia que mejor se adapte a tus necesidades.
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