Si vives en España y llevas tiempo obsesionado con mejorar tu inglés seguro que sabes quién es Richard Vaughan, ¿no?
El del método Vaughan, Vaughan Town, el de los libros. El ubicuo Richard Vaughan. Pues Richard Vaughan dice una cosa que es mentira y te voy a explicar por qué en este artículo.
Mi historia con Richard Vaughan tiene ya años. Me enteré de la existencia de Radio Vaughan allá por 2006-2007, cuando daba clases de inglés a jubilados y amas de casa en el centro cultural del barrio de Tetuán, en Madrid, para pagarme la carrera de Traducción e Interpretación. Después, en 2012 o así, fui por primera vez a los estudios de Virgen de Nuria para participar como colaboradora en uno de los programas de la radio, con Alberto Alonso. Debí de ver a Richard Vaughan por allí varias veces, pero la primera vez que me lo presentaron formalmente fue en 2017.
Véase testimonio gráfico 👇
He escuchado charlas de Richard Vaughan a porrón y en todas incide en una idea principal: lo importante es el profesor. Y yo hasta ahora asentía con la cabeza y decía «sí, sí, sí», pero ahora te digo «no, no, no». El profesor tiene su importancia, no te digo yo que no, pero lo único que necesitas para darle un vuelco al inglés es gratis y lo tienes disponible 24/7. Lo más importante eres tú.
No te hace falta profesor para darle caña al inglés
Por esa misma época, 2012-2013, conocí a Eloy, directivo de Telefónica, que terminó siendo amigo y viniendo a mi boda. Me contaba Eloy que el periodo en que más había mejorado el inglés en su vida fue cuando se propuso darle caña por su cuenta todos los días al llegar a casa. Era consciente de que su nivel de inglés no era suficiente para el puesto que desempeñaba y decidió pegarle un empujón fuerte. Todas las tardes, después de una jornada laboral larguísima. Con 6 niños en casa. El nivel de Eloy cuando yo lo conocí era alto, a lo mejor un C1, y lo había conseguido por su cuenta, haciendo ejercicios de repetición.
Trabajé con él 2 horas a la semana
durante un par de años. Mejoró poco. Sí, aprendió algo de vocabulario, refinó
el acento y dejó de cometer unos cuantos errores, pero el cambio no fue
dramático.
«Eso es porque tú no eres buena profesora». Mira, Richard, qué quieres que te diga, no es por nada, pero soy la pera, ¿vale?
La importancia de tener un plan y de medirse
Cuando te apuntas a una academia o cuando empiezas a trabajar con un profesor particular, ¿cuál es el plan? ¿Alguna vez te han explicado el proceso? ¿Te han preguntado alguna vez qué querías conseguir a corto, medio y largo plazo? I don’t think so.
Para mejorar en inglés puedes prescindir del profesor, pero tienes que tener un plan sí o sí. Intentar progresar sin plan es como meterte en una ciudad que no conoces sin GPS. Good luck with that.
Busca un objetivo que te motive y traza un sistema de pequeñas acciones diarias que te ayuden a conseguirlo. Por ejemplo, si yo lo que quiero es entender mejor a alguien cuando me habla, procuraré exponerme al inglés hablado todo lo posible dentro de mi rutina diaria. Y luego me mediré. Iré marcando los días en que he cumplido mi pequeña meta de escuchar un poco de inglés al día y comprobaré cuánto entiendo. He escrito sobre esto en otros artículos (este, este o este).
Si tu meta es entender mejor, ¿por qué estás
en una clase en la que repetís una y otra vez estructuras gramaticales básicas?
¿Crees que entenderás mejor haciendo esto?
Mantener la motivación en alto
Si tu objetivo a medio plazo y tus acciones no van de la mano, llegarán la frustración y la desmotivación. «Llevo 3 años con clases de inglés semanales y sigo sin entender la tele». Claro, alma de cántaro, es como si te metes en una clase de spinning una vez a la semana y pretendes mejorar en los 100 metros braza.
Para seguir motivado tienes que entrar en la espiral del éxito. Ver que vas haciendo pequeñas cosas y que las vas cumpliendo, y que estas te van acercando a tu objetivo. En el momento en el que incumples un día, es fácil volver a incumplir al día siguiente, y ya entras en la espiral de la frustración y la desmotivación.
Las clases de conversación son un timo
Para terminar, te dejo con una
revelación que he tenido hace poco: las clases de conversación son una
engañifa. Sobre todo, de la manera en que están planteadas casi siempre. Te
reúnes con un nativo una o dos horas a la semana y hablas de cualquier cosa
rándom. Y ya está. Hasta la próxima semana. 40 euros la hora. No hay un plan,
no hay un objetivo.
En mi opinión, podrías mejorar muchísimo más gratis y por tu cuenta, como Eloy. Pero claro, eso supone trazar un plan y cumplirlo. ¿Estás dispuesto?
Por último, te dejo con una cita —no sé si de Churchill, de Einstein o de Paolo Coelho— pero es una verdad como un templo: el cambio empieza en ti.
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